viernes, 17 de agosto de 2012

EL PERRO DE LORD BYRON





Lord Byron tuvo numerosos perros a lo largo de su vida. Algunos se llamaron Fanny, Nelson o Thunder. Pero a ninguno amó tanto como a BOATSWAIN , un Terranova nacido en Canadá en 1803. Byron fue un amante de los animales y es a él a quien se le atribuye la frase de “Cuanto más conozco a los hombres más quiero a mi perro” aunque hay quien asegura que en la frase original el poeta se refería a un mono y no a un perro.
Durante su corta vida Boatswain le acompañaba siempre. En los pequeños paseos diarios, en los viajes e incluso en el interior de la mansión familiar donde era un habitante más. Durante uno de sus muchos viajes en barco, Byron llevaba con él a su perro. De repente el perro cae por la borda al agua y el poeta exige al capitán del barco detener la marcha y acudir en su socorro. El capitán le recuerda al poeta que en el reglamento no se establece el parar el barco por un animal. Otro caso sería si hubiera sido un hombre el accidentado. Dicho esto, nuestro poeta no lo dudó ni un segundo y se arrojó al agua. Fue entonces cuando el marino se sintió en la obligación de interrumpir el viaje y rescatar a ambos.
Boatswain murió en 1808 al contraer la rabia. En su agonía, Byron le dedicó los mejores cuidados y se desvivió a su lado día y noche durante semanas. Lo definió como el amigo más firme y redactó uno de sus poemas más conmovedores; un epitafio que se podía leer en la tumba que mandó construir:


"Aquí reposan los restos de una criatura que fue bella sin vanidad, fuerte sin insolencia, valiente sin ferocidad y tuvo todas las virtudes del hombre y ninguno de sus defectos. Estos elogios, que serían alabanzas inmerecidas de estar escritas sobre cenizas humanas, son apenas un justo tributo a la memoria de Boatswain, un perro.






En la Abadía Newstead, Nottingham, se encuentra el monumento en memoria del Terranova fiel de Lord Byron.

















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